Llegó el día que tanto habíamos esperado y preparado con tanto cariño. Nuestro huerto lucía su mejor cara y todos esperábamos ansiosos la llegada de las personas de la Residencia Casablanca, con las que íbamos a compartir toda la mañana.
Por fin llegaron y la alegría se sentía en el ambiente.
Pasamos la mañana en el huerto enseñándoles todo lo que habíamos hecho, y disfrutando de realizar tareas de forma conjunta, como plantar tomates, pepinos y calabazas.
Luego fuimos a desayunar todos juntos un desayuno eco-saludable
Tenemos tantas ganas de que vuelvan otra vez. Gracias por esta experiencia tan maravillosa.
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